miércoles, 13 de abril de 2011

PEUMA : El Saber Alienado

El Saber Alienado
Publié par peuma dans El sentido de la educación, Curri­culum

El (trabajo) aprendizaje alienado

1. Para desempolvar la alienación (si es que está empolvada…)

La alienación, una palabra que estuvo de moda en los años 60 pero que con los años se ha ido perdiendo del discurso educativo. Dentro de poco se celebrarán los 40 años de los eventos de Mayo 68, para algunos recuerdos que les traen esperanza y para otros recuerdos que solo traen frustración. No soy de aquella generación, pero cuando hablo con quienes lo son no puedo evitar percibir uno de estos dos polos en sus palabras. Después de todo, en aquellos años mucha gente pensó que el mundo iba a cambiar, desde una perspectiva política -con todos los intentos de crear una contra cultura - hasta una perspectiva religiosa, con la llegada masiva a occidente de movimientos y gurús que iban a ser (hasta cierto punto) los precursores del new age actual. Pero quien sabe, tal vez el mundo sí cambió. En realidad no lo podemos decir ya que nos encontramos en el extremo y no nos es posible decir que habría pasado si las cosas hubieran sido diferentes.

Pero ¿qué es en verdad la alienación? Inicialmente todo parte como un concepto religioso: estamos alienados de Dios, separados de un mundo espiritual y necesitamos volver a él. En la tradición judeo-cristiana aquello pasa por el problema de la salvación, necesitamos ser “salvados” para lograr restablecer esa unidad interior. El concepto no es nuevo, pero su camino para llegar a la teoría del marxismo es muy interesante. Allí donde Hegel veía al espíritu absoluto que se manifestaba en el desarrollo de la historia (asumiendo así fuertes compromisos metafísicos) separándose así de su esencia, Marx veía la alienación como el hecho de ser extraño a uno mismo, a través de la perdida del sentido de nuestro trabajo. Como señala Istvan Meszaros en su excelente libro sobre el desarrollo del término:

“Como es bien sabido, Feuerbach, Hegel y la política económica inglesa ejercieron una influencia muy directa en la formación de las teoría de Marx sobre la alienación. Pero estamos preocupados aquí de influencias intelectuales mucho más simples. El concepto de la alienación pertenece a una problemática vasta y compleja, con una larga historia propia. Los temas de esta problemática - tomando formas que van desde la Biblia a trabajos literarios, así como tratados de Leyes, Economía y Filosofía - reflejan corrientes objetivas del desarrollo europeo, desde el esclavismo a la época de transición del capitalismo al socialismo. Estas influencias intelectuales, que revelan continuidades importantes a través de las transformaciones de las estructuras sociales, adquieren una real significación solo si son consideradas en su marco objetivo de desarrollo. Si se considera de esa manera, su importancia -lejos de ser acabada en una mera curiosidad histórica -no puede ser enfatizada suficientemente: precisamente porque ellos indican lo profundo de las raíces de ciertas problemáticas, así como la autonomía relativa de las formas de pensamiento en las cuales ellas son reflejadas” (Metszaros, 1970).

Como queda claro del texto, la alineación es un problema complejo. ¿Cuál es el origen de esta alienación? ¿Es la sociedad la que nos aliena con sus instituciones y sus mecanismos burocráticos sin fin, como lo muestra simbólicamente Terry Gillian en Brazil ? ¿O se trata de una “falla básica” anclada en nuestra psiquis, como propone Morris Berman, tomando las ideas de Michel Baliant y del “Aristos” de Fowles? Esta dicotomía no es fácil de resolver y como todo probablemente la solución se encuentre en el camino medio. Habría una suerte de retro alimentación entre lo micro y lo macrosocial que generan esta realidad a la que nos enfrentamos (suponemos) todos los días.

Como bien señala también Menachem Rosner, el término se ha transformado en una categoría empírica de la psicología social moderna y tiene una importancia capital en la ideología socialista (Rosner, 1970). Como buena categoría empírica, y tal vez como una manera de huir de una investigación filosófica más profunda pero que le habría llevado seguramente para otro espacio, Rosner propone ciertas componentes de la alienación que nos pueden ayudar a identificarla. Se trataría de los siguientes puntos: a) la ausencia de poder, b) la no conciencia del proceso global, c) el aislamiento y d) el hecho de sentirse ajeno a uno mismo. Rosner ubica estos en relación a ciertas esferas y a una serie de dimensiones objetivas, de acuerdo a la tabla siguiente:
Esfera Dimensión Objetiva Dimensión Subjetiva
Creación Material Alineación en relación a los medios de producción Impotencia
Creación espiritual Alineación en relación a la creación espiritual Impresión de sin sentido
Relación con los otros hombres/mujeres y con la sociedad Alienación en relación a los hombres/mujeres y a la sociedad. Aislamiento social, falta de criterios e hiperconformismo.
Relación a su actividad propia Alienación en relación al rol social. Hecho de sentirse ajeno a uno mismo.




Esta tabla nos permite preguntarnos, ¿por qué el tema de la alienación no está más presente en el discurso educativo actual de nuestro país? ¿Es que acaso no observamos día a día en nuestras aulas la impotencia y la impresión de sin sentido de la parte de nuestros estudiantes? Hechos como las últimas manifestaciones en torno a la nueva ley de educación nos muestran que se trata de un tema presente, que surge en algunos como una necesidad de lucha contra una realidad que es sentida (consciente u inconscientemente) como una realidad alienante.

imagen7.jpg



2. El trabajo alienado.



Dentro de las obras de Carlos Marx, los famosos manuscritos de 1844 ocupan un lugar especial, sobre todo para la corriente del marxismo humanista. En estos documentos -los “escritos de juventud” de Marx - el autor desarrolla, entre otras cosas, su visión de la alienación en relación al trabajo. Recordemos que para Marx el trabajo es una manifestación concreta del ser de las personas, y el sistema capitalista, al separar al obrero del fruto de su trabajo (y quitarle la plusvalía y toda esa historia) atenta contre la persona misma, alienándola. El obrero se transforma en una mercancía. Como dice Marx, “la existencia del obrero es así reducido a la existencia de toda otra mercancía. El obrero se transforma en una mercancía y es una suerte cuando llega a encontrar un puesto. Y la demanda, de la cual depende la vida del obrero, depende del humor de los ricos y de los capitalistas” (Marx, 1844, primer manuscrito).

La célebre sección XXII de este primer manuscrito habla del trabajo alienado. En ésta se desarrolla el tema de cómo el trabajo del obrero se transforma en una fuente de alienación, debido a la desconexión con su persona. Se trata aquí de la constatación de una paradoja, en el seno del sistema capitalista:

“El obrero se vuelve cada vez más pobre a medida que produce más riqueza, a medida que su producción crece en potencia y volumen. El obrero se transforma en una mercancía vil ya que el crea más mercancías. La depreciación del mundo de los hombres aumenta en razón directa a la puesta en valor del mundo de las cosas. El trabajo no produce solamente mercancías, él se produce a sí mismo y produce al obrero como mercancía y aquello en la medida que él produce mercancías en general.

Este hecho no expresa lo siguiente: el objeto que el trabajo produce, su producto, es afrontado por él como un ser extranjero, como una potencia independiente del productor. El producto del trabajo que es el trabajo que se ha fijado, concretizado en un objeto es la objetivación del trabajo. La actualización del trabajo es su objetivación. En el ámbito económico, esta actualización del trabajo aparece como la pérdida del obrero de su realidad, la objetivación como la pérdida del objeto o el servicialismo a él, la apropiación como la alienación… “(Marx, 1844).

El argumento es claro, si el obrero concretiza su trabajo en un objeto y su trabajo es la manifestación de sí mismo, el hecho de saber que este objeto no le pertenece, y de además saberse separado de él, genera un estado que puede caracterizarse por los sustantivos de la tabla que mostramos más arriba. No es extraño entonces hablar de una pérdida de sentido.

kass1.jpg3. El Aprendizaje Alienado.



Pero vivimos en un mundo que es más complejo que aquél donde vivió Marx. Y aquello nos lanza el desafío de encontrar maneras de leerlo que sean más actuales, sin por ello desestimar los útiles teóricos que nos han legado los grandes pensadores. En ese espíritu, ¿qué pasaría si alguien quisiera transformar la sección sobre el “trabajo alienado” de los manuscritos de Marx para adaptarla a nuestro contemporáneo “mercado del conocimiento”? Porque nadie puede negar que el conocimiento, la enseñanza, el aprendizaje, es una industria que mueve millones y millones. En nuestro tiempo, todo se transa, todo se compra y se vende, incluyendo el saber.

Es precisamente este ejercicio el que desarrollan Jean Lave y Ray McDermontt en su trabajo “Estranged (labor) Learning”. La idea es simple, pero potente. ¿Cómo releer a Marx aplicándolo a nuestra realidad educativa actual? La propuesta de los autores es retomar el texto del “Trabajo Alienado” y reescribirlo, cambiando ciertas palabras claves. Así por ejemplo los autores utilizan la siguiente secuencia para intercambiar las palabras de Marx por términos del discurso educacional.

Texto de Marx


Rescritura de Lave y McDermontt

Trabajo


Aprendizaje

Politica económica y teoría clásica


Teoría de la educación y del aprendizaje establecida

Capital


Éxito académico

Tierra


Capacidades (acceso)

Salario


Notas

Retorno del capital


Credenciales (títulos, diplomas)

Capitalista


Acumulador del conocimiento (científicos, académicos)

Este ejercicio los lleva, por ejemplo, a reescribir el segundo párrafo de la sección del “Trabajo Alienado” de la siguiente forma:

“El sistema escolar parte con el hecho del conocimiento estandarizado pero no nos lo explica. Él expresa en general, con fórmulas abstractas el proceso material a través del cual el currículum pasa, y estas fórmulas son tomadas como leyes. Él no comprende estas leyes, i.e., no demuestra como éstas aparecen a partir de la naturaleza misma del conocimiento estandarizado. La teoría educacional no revela la fuente de la división entre el aprendizaje y el logro y entre los grados y las capacidades medidas. Cuando, por ejemplo, él define la relación de los grados a las credenciales , él toma el interés de los acumuladores de conocimiento como la causa última, es decir, toma por sentado lo que se supone debe explicar. De forma similar, la competencia viene de todas partes. Es explicada con causas externas. En relación a cuanto las causas externas aparentes son la expresión de una carrera necesaria por el desarrollo, la teoría educacional no nos enseña nada. Hemos visto como los intercambios de enseñanza/aprendizaje y la distribución del conocimiento aparecen como hechos accidentales. Las únicas ruedas que la teoría educacional pone en movimiento son la ambición y la guerra entre los ambiciosos - la competencia” (Lave y McDermontt, 2002).

¿Cuáles son las conclusiones de este ejercicio? Así como el obrero pierde el sentido de su trabajo y se ve alienado y solo busca su salario para vivir una vida desconectada de si mismo, el sistema escolar actual nos lleva a desear la “acumulación de capital” (a obtener el éxito académico) como una manera de “triunfar” en la vida. Lo importante no es el “trabajo” como expresión de nosotros mismos (es decir el aprendizaje) sino que el “salario” que obtenemos, es decir, las notas y el “retorno de capital”, las credenciales que nos certifican frente a un sistema de mercado.

Nuestro sistema escolar promueve de esta manera una alienación, pero una de tipo más sutil que la que pensó Marx : el saber ha dejado de ser lo importante y es la credencial, la certificación lo que cuenta. Estas certificaciones se transan en el mercado, por supuesto. Toda la industria del sistema escolar está tejida en torno a esta idea, una visión de mercado que no podemos negar guía los rumbos de nuestras instituciones educacionales. El conocimiento se ha transformado en una mercancía y como tal es objeto de la compra y la venta. Como en el mercado monetario, sólo los que poseen la moneda de cambio pueden transar en él y aquello genera naturalmente la existencia de personas que estarán fuera. Luego la política es clara: hay que elevar las tasas de escolarización, para que nadie quede fuera del juego. Elevar las tasas de escolarización, no quiere decir elevar el aprendizaje o el conocimiento necesariamente. Quiere decir elevar la certificación.

Pero la mercantilización del conocimiento puede ser una opción, válida para cierto modelo de sociedad. Lo extraño y lo insano de la situación es cómo dicha mercancía pierde su valor y se lo otorga a la certificación. Cuando preparamos a nuestros estudiantes para la PSU, enfatizamos eso. Cuando nos sometemos al SIMCE también. Toda la batería de pruebas estandarizadas buscan eso: certificar, evaluar, numerificar. Y sin darnos cuentas la pedagogía va quedando de lado para transformarse en una carrera por obtener títulos y grados que nos permitan ser buenos rentiers del sistema y recibir nuestros salarios. Ya hace más de 30 años Ivan illich lo advirtió con una mirada penetrante (aunque a veces un poco extremista): el sistema escolar puede transformarse en un amo celoso que nos obligará a cada vez certificarnos más y más. ¿Y qué pasa con el aprendizaje real? ¿Y qué pasa con el conocimiento? ¿Qué sucede con las carreras no rentables, o cuyas certificaciones no son bien transadas en el mercado?

El ideal de una pedagogía que sea “emancipadora” y “liberadora” debe entonces replantearse. Porque la emancipación, en su base, es una lucha contra la alienación, al menos así lo entiendo yo. ¿Qué tipo de pedagogía debemos construir para tomar en cuenta estas manifestaciones sutiles de la alienación y no dejarse engañar y caer en las ruedas de ella? ¿Qué modelos utilizar para plantear una práctica pedagógica que no se reduzca a una carrera sin sentido por certificaciones y papeles? Como siempre, el debate está abierto.

Pensemos y practiquemos en conjunto,

Zydok

Referencias.

Lave, J. y McDermontt, R., (2002), Estranged Labor Learning, Outlines n.1. Disponible en www.outlines.dk.

Marx, Carlos, (1844), Escritos Economico Filosoficos, disponibles en www.marxists.org

Mestzaros, Istzván, (1970), Marx's Theory of Alienation, disponible en www.marxists.org

Rosner, Menachem, (1974), Aliénation, Fétichisme, Anomie, en : Freudo-Marxisme et Sociologie de l'aliénation, Anthropos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario