CHE GUEVARA LECTOR DE EL CAPITAL
(Diálogo con Orlando Borrego Díaz, compañero y
colaborador del Che en elMinisterio de Industrias)
Sobre el Che Guevara se han escrito muchas biografías.
Muchísimas. Lamayoría de ellas tocan de oído y se sustentan
en testimonios de terceros. En versiones o en reconstrucciones
posteriores (algunas honestas y fidedignas, otras claramente
tergiversadoras de los hechos históricos y abiertamente
opuestas a la revolución) cuya fuente son otras reconstrucciones
previas. Relatos sobre relatos, en unamultiplicación infinita
de espejos donde el Che Guevara se desdibuja en tanto
material de disputa, de tironeo, de abierta manipulación mediática.
No importa tanto qué hizo, qué escribió, qué pensó ni
qué proyecto tenía realmente el Che, sino más bien, cómo se
lo puede utilizar hoy para otros fines. Ese tipo de ejercicio está
más cerca de la propaganda ideológica del sistema y de la
construcción hegemónica de una cultura de la resignación,
que de la rigurosa investigación histórica.
De este modo se ha construido la leyenda negra de un Che
Guevara salvaje, frío ejecutor, déspota, hombre de acero, fusilador
sanguinario y cruzado del medioevo. En suma, un
ángel exterminador. Todas estas caracterizaciones pertenecen
al ex funcionario de la administración Menem, Mario Pacho
O’Donnell, quien recientemente le ha dedicado a su figura una
biografíamercantil, tramposamente titulada Che, la vida por
un mundo mejor9. En ese best seller comercial, O’Donnell se
queja de la influencia de Guevara sobre la izquierda marxista
continental, a la que habría conducido “hacia la violencia terrorista”.
En ese mismo registro de sentido, a Guevara se le llegó a
atribuir un “fundamentalismo terrorista”, comparándolo sin
203
9 Buenos Aires, Sudamericana, 2003.
ningún escrúpulo ni reparo, con Bin Laden, como hizo el ensayista
–supuestamente “progresista”–José Pablo Feinmann
en el artículo “El Che y las Torres Gemelas”10. Antes de ese artículo,
el mismo Feinmann lo había caracterizado como un
“implacable jacobino”, “...un extremista”, “un Superman con
kryptonita en los pulmones”, “un Jesucristo superstar” y
hasta “un Principito de la izquierda”, en su triste ensayo La
sangre derramada (Buenos Aires, Ariel-Planeta, 1998). En
aquel texto, Feinmann remataba su visión “progresista” del
Che –que también se expresó en una promocionada obra de
teatro– preguntándose, sin rubor en el rostro: “¿Quién puede
no pensar que Ernesto Guevara es uno de los grandes responsables
[sic] de lasmasacres de nuestro continente?”.
La lista de exabruptos, manipulaciones, tergiversaciones,
frivolidades, superficialidades y desconocimientos históricos
podría complementarse con miles de ejemplos similares. De
biógrafos argentinos o también de otras latitudes, entre los
que se destaca el inefable funcionario estatal mexicano Jorge
Castañeda.
Muchos de ellos, no sólo intentan manipular la figura del
Che para oponerlo artificialmente a Fidel, para atribuir su asesinato
en Bolivia a una supuesta “inclinación al suicidio” o
para explicar su internacionalismomilitante a partir de oscuras
e insondables enfermedades psicológicas. Al mismo
tiempo, el coro de todos estos apologistasmenosprecia al unísono,
con vozmonocorde, la propia formación teórica del revolucionario
argentino. A regañadientes, llegan a conceder
que “leyó mucho” pero, invariablemente, dejan flotando la
idea de que el Che Guevara era un simple diletante y un marxista
improvisado, lo cual explicaría –siempre según la opinión
de estos biógrafos bienpensantes- sus “fracasos políticos
y económicos”.
204
10 Página 12, Buenos Aires, 8 de octubre de 2002.
No casualmente, en todas las biografías –incluyendo en
este rubro hasta aquellas que simpatizan con el biografiado,
más honestas que las de O’Donnell, Feinmann o Castañeda–
apenas se dedican unos poquitos renglones a mencionar los
estudios teóricos del Che. Llama poderosamente la atención
que biografías de casi 1.000 páginas (tan gordas como la guía
de teléfonos) despachen la polémica teórica sobre la ley del
valor y las categoríasmercantiles en la transición al socialismo
enmenos demedia página,mientras invierten nomás de dos
renglones enmencionar –si es que llegan amencionarlos– los
seminarios de estudio a los que el Che les dedicó años de su
vida militante.
En el fondo, ese tipo de tratamiento reposa en un
axioma implícito: el Che fue el Che, a pesar de sus
ideas, a pesar de su concepción del mundo y a pesar
de su ideología política.
Orlando Borrego Díaz no supo del Che Guevara a partir de
lo que sobre él dijeron las agencias de noticias norteamericanas,
los expedientes de la CIA recientemente desclasificados
o los ensayos de algún escritor europeo que se dignó a escribir
sobre América Latina para lavar culpas de conciencia. Tampoco
se puso a escribir sobre el revolucionario argentino porque
una editorial comercial le ofreciera una abultada suma de
billetes para confeccionar, en un par demeses y a todo galope,
un best seller biográfico, de venta rápida en supermercados y
shoppings. Un texto simple, de degustación efímera, para leer
en la playa o en la cola de la peluquería.
Orlando Borrego (quien nació en Holguín, Cuba, en 1936)
lo conoció al Che de primera mano. Fue su compañero de
lucha y militancia, su principal colaborador y su amigo personal
durantemuchos años. En épocas insurreccionales, perteneció
al Ejército Rebelde y combatió en la Columna 8 “Ciro
205
Redondo” que dirigía elmismo Che.Más tarde, en tiempos de
las célebres polémicas económicas y políticas sobre el desarrollo
estratégico de la Revolución Cubana, fue su principal asistente
en el Ministerio de Industrias y su compañero de
estudios teóricos.
No casualmente, cuando el Che se fue de Cuba, le dejó a
Borrego como regalo sus tres tomos de El Capital (con sus subrayados
y sus notasmanuscritas), con la siguiente dedicatoria:
“Borrego: Esta es la fuente, aquí aprendimos todos juntos,
a tropezones, buscando lo que todavía es una intuición apenas.
Hoy quemarcho a cumplirmi deber ymi anhelo y quedas
cumpliendo tu deber, contra tu anhelo, te dejo constancia de
mi amistad que pocas veces se expresó en palabras. Gracias
por tu firmeza y tu lealtad. Que nada te separe de la ruta. Un
abrazo. Che. La Habana/1965”.
Borrego ha sido el impulsor y animador de la compilación
más completa hasta hoy existente sobre la obra, los escritos,
las cartas y los discursos del Che, que él –con la colaboración
de Enrique Oltusky– realizó desde el Ministerio del Azúcar,
cuando Guevara todavía estaba vivo (preparando su participación
internacionalista en otras tierras del mundo).
Borrego acaba de publicar en Argentina dos libros fundamentales:
Che Guevara, el camino del fuego (2001) y Che,
recuerdos en ráfaga (2003). Ambos han sido editados por la
editorial Hombre Nuevo.
En el primero de los libros, Borrego nos introduce al laboratorio
mental del Che, en los tiempos tempranos de la transición
socialista. De la mano del autor vamos conociendo,
palmo a palmo, cada una de las tareas que la joven revolución
cubana y su principal dirigente, Fidel, le encomendaron al Che
Guevara: el papel de la nacionalización de las grandes empre-
206
sas capitalistas, los desafíos de industrializar en forma acelerada
un país subdesarrollado y tradicionalmente atado a los
monopolios norteamericanos, la batalla por el trabajo voluntario
y los incentivosmorales y la difícil tarea de continuar en
forma permanente e ininterrumpida una revolución que se
inicia. Ya no sólo con el fusil al hombro, sino también desde el
nacienteMinisterio de Industrias. En El camino del fuego Borrego
nos va explicando las posiciones del Che en el debate
teórico en el que fraternalmente polemizaron los partidarios
del Cálculo Económico (CE) con los del Sistema Presupuestario
de Financiamiento (SPF).
Los primeros, encabezados por Carlos Rafael Rodríguez,
AlbertoMora,Marcelo Fernández Font y Charles Bettelheim,
propiciaban y defendían un proyecto político de socialismo
mercantil, con empresas gestionadas en forma descentralizada
y con autarquía financiera, compitiendo e intercambiando
con dinero sus respectivas mercancías en el mercado.
En cada una de las empresas predominaba el estímulo material.
La planificación, sostenían los seguidores del Cálculo
Económico, operaba a través del valor y elmercado. Ese era el
camino principal elegido y promovido en aquellos años por
los soviéticos.
Los segundos, encabezados por el Che Guevara, y acompañados
por Luis Álvarez Rom y Ernest Mandel, entre otros,
cuestionaban elmatrimonio de socialismo ymercado. Defendían
un proyecto político donde planificación y mercado son
términos antagónicos. El Che pensaba que la planificación era
mucho más que un mero recurso técnico para gestionar la
economía. Era la vía para ampliar el radio de racionalidad
humana, disminuyendo progresivamente las cuotas de fetichismo
en las que se sustentaba la creencia en una “autonomía
de las leyes económicas”. Los partidarios del Sistema
Presupuestario propiciaban la unificación bancaria de todas
207
las unidades productivas, con un presupuesto único y centralizado,
entendidas todas ellas como partes de una gran
empresa socialista (integrada por cada una de las unidades
productivas particulares). Entre fábrica y fábrica de una
misma empresa consolidada no había compraventa mediada
por el dinero y el mercado, sino intercambio a través de un
registro de cuenta bancaria. Los productos pasaban de una
unidad productiva a otra sin ser mercancía. El Che y sus partidarios,
promovían e impulsaban el trabajo voluntario y los
incentivosmorales como herramientas privilegiadas –aunque
no únicas– para elevar la conciencia socialista de los trabajadores.
En El camino del fuego Borrego, con gran pedagogía ymúltiples
ejemplos cotidianos, va mostrando al lector la complejidad
de todo el planteo del Che. No sólo teórico sino también
práctico. La frutilla de este primer libro está dada por su
último capítulo, aquel donde Borrego intercala y comenta un
texto fundamental hasta ahora inédito del Che: Los cuadernos
elaborados en Praga. En ellos Guevara, al año siguiente de la
polémica económica de 1963 y 1964 (entre fines de 1965 y
comienzos de 1966), somete a dura crítica el Manual de Economía
Política oficial en la Unión Soviética. Allí llega a la explosiva
y “herética” conclusión –más de dos décadas antes de
Mijail Gorvachov– que la URSS está regresando al capitalismo11.
En Recuerdos en ráfaga, el segundo texto de Borrego, el
autor nos pinta un fresco donde emerge en el primer plano el
Che cotidiano, su relación con los amigos, con los compañeros
demilitancia y de estudio, con los colaboradores delMinisterio
de Industrias, con los trabajadores y con todas las personas
que lo rodearon, lo quisieron y lo siguen queriendo. Borrego
incursiona enmuchísimos aspectos de la vida íntima de Gue-
208
11 Véase nuestro ensayo, incluido en la primera parte de este volumen: “Sobre la crítica de la economía
política”.
vara. No en lo que atañe a la vida sexual –destacada por
O’Donnell en forma completamente pacata, y al mismo
tiempo tratada con frivolidad y ligereza, para vender más y
obtener más dinero con su apurada biografía– sino la intimidad
de la vida cotidiana. Aquella faceta de su vida donde el
lector encuentra a un Che humano, demasiado humano. Un
Guevara que se muestra tal cual es, como uno más de
nosotros. Una persona que ama a su pueblo y a todos los pueblos
delmundo, que se esfuerza por luchar y pormejorar, que
quiere a los animales y los malcría, que hace bromas y jodas
con sus compañeros de trabajo, que extraña el asado e incursiona
en la ironía argentina, que se ríe y mucho con sus amigos,
que se gana el respeto de sus pares y el amor de su pueblo
poniendo el cuerpo propio en aquello que predica: unamoral
comunista.
En este segundo libro, Borrego nos acerca un Guevara que
baja del cuadrito y del póster en la pared para sentarse al lado
nuestro y hablarnos cara a cara, interpelándonos de frente,
pero no desde una pose fría de almidón, impostada y artificial,
allá, lejos de todos nosotros, sino desde la vida cotidiana. Esa
vida que él supo exprimirla hasta borrar las tonalidades grises
con que suele teñirla la rutina burguesa del capitalismo.
Después de transitar ambos libros, no se llega a una única
conclusión. Cada lector y cada lectora extraerán las suyas.
Pero, más allá de los matices y los múltiples ángulos de lectura,
es casi seguro que quien los lea, querrá al Che todavía
más que ahora. Ernesto Guevara se vuelvemás entrañable de
lo que ya era.
El siguiente diálogo con Orlando Borrego –testigo
directo de todo este asunto- trata de profundizar en
aquel aspecto del Che Guevara tantas veces silenciado,
soslayado, desconocido u “olvidado” por las
numerosas biografías: los estudios del Che. El Che
209
como un intelectual revolucionario. Sus lecturas sistemáticas,
sus seminarios semanales, sus reuniones bimestrales, su preparación
cultural como dirigente político y su proceso de formación
teórica. El Che intentando diariamente superarse a sí
mismo a través del esfuerzo, no sólo físico sino también de
aprendizaje. En suma: el Che que llegó a ser quien fue
precisamente por las concepciones, las ideas y los valores
que amó y por la voluntad que puso en llevarlos
a la práctica, poniendo en juego, incluso, hasta su
propia vida.
Néstor Kohan: ¿Cuándo comenzó en Cuba el círculo de
estudios sobre El Capital de CarlosMarx, a cargo del profesor
Anastasio Mansilla?
Orlando Borrego Díaz: En 1961, cuando recién se creó
el Ministerio de Industrias. Ya se había terminado el primer
seminario sobre El Capital en el Consejo de Ministros, reunido
probablemente ya a fines de 1960. AnastasioMansilla no
fue a Cuba para el seminario delMinisterio de Industrias. Éste
fue un segundo seminario.Mansilla fue a Cuba para un seminario
previo con un grupo de compañeros del Consejo deMinistros,
donde estaba Fidel, el Che, Regino Botti –el de la
Junta Central de Planificación– y tres o cuatroministrosmás.
Los más interesados en ese tema.
N.K.: ¿Carlos Rafael Rodríguez también estaba en ese primer
seminario?
O.B.D.: Sí, Carlos Rafael también estaba.
N.K.: ¿Blas Roca?
O.B.D.: No, Blas Roca no estaba. Blas Roca estabametido
en problemas de su partido, el Partido Socialista Popular, pero
no estaba en este seminario sobre El Capital.
210
211
N.K.: ¿Cuánto duró el primer seminario, el del Consejo de
Ministros?
O.B.D.: Duró corto tiempo. Había muchas interrupciones…
imagínate…el Consejo de Ministros… Fidel permanentemente
movilizado y todo eso.
N.K.: ¿Mansilla fue a dar clases a Cuba sobre El Capital
por su propia cuenta o alguien le pidió?
O.B.D.: Lo que sucedió fue que Cuba le pidió al partido soviético
que enviara a alguien, a un profesor, para hacer un seminario
sobre economía política.
N.K.: ¿Por qué ellos, los soviéticos, seleccionaron a Anastasio
Mansilla?
O.B.D.: PorqueMansilla estaba como profesor de El Capital
en la Universidad de Lomonosov, en la Unión Soviética. Y
además, Mansilla tenía la particularidad que hablaba perfectamente
el español, porque había nacido en España y sus
padres lo enviaron como a muchos niños españoles de la República
a la Unión Soviética por miedo a que los franquistas
los mataran. Entonces Mansilla dirigió el primer seminario
del Consejo de Ministros, donde además estaba Fidel como
alumno. Y también el Che. Los dos, Fidel Castro y el Che Guevara,
fueron sus alumnosmás “difíciles”. Élmismo,Mansilla,
me lo contó. Fidel y el Che estudiaban duro, estudiaban
mucho…Fidel, el Che y Carlos Rafael Rodríguez ya tenían formaciónmarxista.
Botti, el de Economía, otro de losmiembros
de ese primer seminario, había estudiado en Harvard, en Estados
Unidos. Pero bueno…supongo que también tenía sus
nociones sobre El Capital. Tú sabes que El Capital se daba en
las universidades norteamericanas y en Cuba también, pero
era sólo “un bailecito”, es decir, algunos pequeños pasajes,
pero nada más. No se leía a fondo.
N.K.: ¿Qué edición de El Capital utilizaban para estudiar?
O.B.D.: La edición de Fondo de Cultura Económica.
N.K.: ¿La traducción deWenceslao Roces?
O.B.D.: Esa misma.
N.K.: En el año 1965 Mansilla publica en Cuba un trabajo
sobre la teoría marxista de la acumulación en El Capital de
Marx12. ¿Cómo fue la anécdota donde Fidel discute conMansilla
sobre este tema de la acumulación?
O.B.D.: Yo no estuve presente en esa discusión. Perome lo
contó personalmente el mismo Mansilla cuando estuve en
Moscú a fines de los años 70 haciendo un doctorado en Economía.
Allí volví a ver a Mansilla y volví a estudiar con él El
Capital. Yo quería que Mansilla me explique el sistema de
contradicciones en El Capital. Era una pregunta que seguro
me iban a hacer en el examen para ingresar al doctorado. Eran
cuatro exámenes: Filosofía, El Capital, la especialidad que tú
fueras a estudiar en Economía y el idioma. En el examen sobre
El CapitalMansillame ayudó a estudiar, tremendamente. Entonces,
en esas noches frías de Moscú, él me contó algunas
anécdotas del primer seminario sobre El Capital, cuando el
Che y Fidel fueron sus alumnos.
Resulta que cuando están estudiando en el primer seminario
sobre El Capital, el del Consejo de Ministros, al terminar
una de las clases, Fidel, conmucho respeto, le dice aMansilla:
“profesor Mansilla, hay un error en El Capital”. No era un
error de Marx, sino de la traducción al español. Era un error
en la traducción de una de las fórmulas de la reproducción
ampliada, del segundo tomo de El Capital. Y entonces Mansilla
le responde: “No, comandante. Usted está equivocado.
212
12 AnastasioMansilla: Comentarios a la sección séptima del Tomo I de El Capital. La Habana, Publicaciones
Económicas, octubre de 1965.
Yo llevo muchos años estudiando El Capital, soy profesor
en la materia y le puedo asegurar que no hay ningún error en
este pasaje”. Entonces Fidel se va. Luego vuelve e insiste. Y
Mansilla le vuelve a decir que no, que no hay un error. Entonces,
a la tercera vez Fidel vuelve y le dice: “Mire profesor, éste
es un pedido personal. Como usted no quiere convencerse que
hay un error, cuando usted vaya para su casa, lo revisa, o si
quiere aquímismo” –esto estaba sucediendo en el palacio presidencial–
“usted se puede quedar en un despacho, se concentra
y lo puede revisar”. Entonces Mansilla se va a su casa
y encuentra después de varias horas que sí, que había un
error. Cuando vuelven al próximo encuentro le dice a Fidel:
“Comandante, vea, sí, tiene usted razón: aquí hay un problema
en la traducción al español de esta edición”. Entonces
Mansilla me cuenta que Fidel, como alumno suyo, estaba de
lo más satisfecho. Por esoMansilla me decía que Fidel era un
“alumno difícil”, cuestionador.
N.K.: ¿Cómo se decidió hacer el seminario sobre El Capital
en el Ministerio de Industrias?
O.B.D.: Bueno, cuando termina el seminario en el Consejo
deMinistros, el Che le pide aMansilla si él puede volver a dar
el seminario en el Ministerio de Industrias con el equipo que
el Che quería que estudiara. YMansilla le responde que por él,
encantado de la vida. Pero que había venido a Cuba sólo por
una temporada de seismeses. Entonces el Che arregló con los
soviéticos que Mansilla pasara más tiempo en Cuba. Fueron
dos años más.
N.K.: ¿En el intermedio Mansilla volvió a Moscú?
O.B.D.: Sí, volvió a Moscú y luego regresó a Cuba a vivir
con su familia. Entonces se le ubicó una casa y yaMansilla organizó
el seminario nuestro, para elMinisterio de Industrias.
213
N.K.: ¿Quiénes participaron de este segundo seminario
sobre El Capital?
O.B.D.: Estaban el Che, Enrique Oltusky (que trabajaba
con nosotros en elMinisterio), Francisco García Valls (que era
del partido comunista, después fue ministro de Finanzas en
Cuba, embajador en el CAME), Mario Zorrilla (otro viceministro),
Juan Manuel Castiñeira (otro viceministro), Luis Álvarez
Rom y yo.
N.K.: ¿Luis Álvarez Rom luego participa del debate de
1963 y 1964 sobre la ley del valor?
O.B.D.: Sí, exacto. Luis Álvarez Romhabía sido el director
de Contabilidad y Finanzas de nuestro ministerio, había tenido
una consultoría sobre contabilidad en Cuba y era un
hombre que dominabamuy bien la parte económica práctica,
pero no tenía conocimientos de El Capital, aunque había leído
algunas cosas. Álvarez Rom fue uno de los más dedicados a
apoyar al Che en el Sistema Presupuestario de Financiamiento.
De tal manera que ya cuando el Sistema Presupuestario
de Financiamiento toma auge se decide nombrarlo
ministro deHacienda. Entonces se llamabaHacienda y no Finanzas,
como se le denomina ahora. Álvarez Rom ayuda a
armar la parte práctica del Sistema Presupuestario. Fue un
hombre que ayudó al Che, identificado mucho con él. Y entonces
se puso a estudiar intensamente El Capital, lo cual
ayudó mucho.
N.K.: ¿Cuánto tiempo duró este segundo seminario sobre
El Capital, el del Ministerio de Industrias?
O.B.D.: Aproximadamente un año.
N.K.: ¿Qué leyeron de El Capital?
214
O.B.D.: Todo El Capital, lo leímos completo.
N.K.: ¿Cada cuánto tiempo se reunían?
O.B.D.: Era un día por semana. Nos reuníamos los jueves
a eso de las ocho y media o nueve de la noche y duraba toda
la noche.Muchas veces amanecimos estudiando en lamadrugada.
N.K.: ¿Cuál era el método de estudio con el que discutían
El Capital?
O.B.D.: ¿Tú no conociste a Mansilla? ¿No estudiaste con
él?
N.K.: No, no lo conocí.
O.B.D.: Mira, Mansilla tenía un buen método de estudio.
El método que utilizábamos era de Mansilla. Él nos daba un
capítulo por vez…
N.K.: ¿Cada jueves estudiaban un capítulo de El Capital?
O.B.D.: No siempre. Porque el capítulo sobre la “Teoría
del valor”, el capítulo primero del tomo uno de El Capital lo
abordamos durante varias semanas. La idea de Mansilla era
que si dominábamos el primer capítulo y luego llegábamos a
lo de la plusvalía, de allí para adelante… acumulación y reproducción
ampliada, entendíamos todo. Mansilla hizo mucho
peromuchísimo énfasis en la teoría del valor. Conmuchísimo
rigor. Por ejemplo, Mansilla nos daba “De un capítulo hasta
aquí…”. Y eso se distribuía entre nosotros. Elmétodo deMansilla
consistía en que nos asignaba un capítulo a cada uno. Entonces
ese capítulo había que estudiarlo durante toda la
semana y en la próxima se empezaba a discutir. Tenías que
hacer una exposición del capítulo y discutirlo entre todos.
215
N.K.: ¿Ustedes se distribuían los capítulos a estudiar?
O.B.D.: Sí, al Che le tocaba una semana, a mí me tocaba
otra, y así de corrido. Por supuesto que el más destacado de
todo ese ejercicio era el Che. Porque él teníamás preparación
que todos nosotros. Nosotros, prácticamente, recién empezábamos
a estudiar economía política. No teníamos idea. Yo era
Contador. Yo había leído cosasmuy simples,muy demanual,
como un texto de Blas Roca o unmanualcito de economía política
de un tal P. Nikitin, que nos llegaba de la Unión Soviética.
Eran muy pobres… ¡Así empezamos!.
Entonces ese era elmétodo deMansilla. Teníamucho rigor.
Exigíamucho. Tanto en la exposición que traíamos preparada
y estructurada como en la discusión. En eso el Che también
nos enseñómucho. Él tenía una lapicera con varios colores. El
Che siempre traía el libro marcado con cada color, según la
importancia del tema que se tratara y después también traía
notas. Todo muy riguroso. Y empezamos a intentar imitar al
Che en la profundidad del estudio, tal como él hacía.
N.K.: ¿Cómo eran las discusiones de ese seminario?
O.B.D.: Bueno, fíjate, no era un tipo de discusiones como
las clásicas de la enseñanza convencional y eso también sucedía
por la falta de formación que había. La dinámica consistía
en discutir, por ejemplo, cuota de ganancia. O también discutir
qué es una mercancía. Entonces primero había que entender
la cuestión teórica. Pero la discusión siempre iba hacia lo
práctico. ¿Cómo aplicar ese conocimiento a Cuba? El nuestro
era un sistema distinto, no iba a tener el sistema de mercado,
entonces había que pensar muy bien si se aplicaba y cómo,
este tipo de categorías. Eso nos desgastaba mucho. Los participantes
querían sacar recetas prácticas de toda la discusión.
Y sacar recetas prácticas de El Capital no es nada fácil. Porque
216
Marx no nos dijo cómo se iba a hacer el socialismo. Cuando le
preguntaron a Marx, él respondió: “No, yo no soy cocinero
para elaborar recetas para el futuro”. Él dijo y demostró científicamente
cómo destruir el capitalismo o cómo se desarrolló
el capitalismo hasta pasar al socialismo a través de todo un
sistema de contradicciones del capital. Entonces eso provocaba
entre nosotros largas discusiones para que la gente entendiera
la teoría y ver cómo se aplicaba en la práctica.
N.K.: ¿Además de economía, Mansilla sabía de filosofía?
¿Tenía otra formación que complementara lo de economía?
O.B.D.: Sí, sabía de filosofía. No digo que fuera un filósofo,
pero sabía. Era un hombre que estudiabamucho. Y tenía otra
cosa muy importante. Tenía una actualidad muy grande de
datos sobre el fenómeno del capitalismo mundial. Muchos
datos. Estadísticas. Entonces cuando analizábamos, por ejemplo,
el crecimiento, él tenía los datos precisos de Estados Unidos,
Inglaterra, Francia, etc. Tenía mucha información. Eso
ayudaba mucho. Y además tenía todo el bagaje de la Unión
Soviética, cómo había sido, cuando empezó Lenin, el “desaguizado”
aquel que no se entendía bien… hasta llegar a la
NEP (Nueva Política Económica, impulsada por Lenin a partir
de 1921) y todo eso lo tenía muy sabido y estudiado.Mansilla
era realmente un gran profesor. Fíjate qué profesor era, que
cuando terminó en Cuba y triunfaron los angolanos en su
lucha de liberación en África, Mansilla se fue de profesor del
presidente de Angola y de los cuatro o cinco principales generales
angolanos. Él fue profesor de ellos, también. En ese
grupo de estudios de Angola, el presidente de Angola hacía de
auxiliar deMansilla en las clases que éste dictaba. Lo ayudaba
a borrar la pizarra. Siempre lo recuerdo como un tipomuy humilde.
N.K.: ¿Qué relación tenían ustedes con Mansilla? ¿Cómo
era el trato cotidiano?
217
O.B.D.: En el círculo nuestro lo respetábamos mucho.
Todo el mundo, todos nosotros nos dirigíamos a él como
“Mansilla”. Enrique Oltusky discutía con él, se peleaban
mucho, le decía cosas, la discusión se ponía muy brava (con
mucho enojo). Entonces el Che lo atajaba a Oltusky, lo
pateaba por debajo de la mesa para frenar las peleas.
N.K.: ¿Cómo fue aquella anécdota donde el Che y Oltusky
se pelean conMansilla sobre Nikita Kruschev y los soviéticos?
O.B.D.: La discusión surge porque ya el Che consideraba
que se estaban produciendo errores en la Unión Soviética.
Sobre todo en la introducción de las teorías capitalistas dentro
del sistema socialista. El Che pensaba que eso iba a minar el
sistema por dentro. El Che insistía en eso, en sus críticas a los
soviéticos yMansilla los defendía.Mansilla trataba de defender
siempre a ultranza a “su querida Unión Soviética”. ¡En eso
era ciego! ¡Que no le toquen a la Unión Soviética! Nosotros
siempre atribuíamos esa actitud a queMansilla era apenas un
niño de nueve años cuando se fue de España. Sus papás, como
muchos otros padres españoles, lo mandaron para la Unión
Soviética pensando que los fascistas los iban a matar durante
la Guerra Civil. Entonces, a todos esos muchachos, Stalin los
alojó en lugares seguros. Estaban en dificultades económicas
muy fuertes. Les otorgó cierta cuota alimentaria superior, escuelas….
Realmente los trató extraordinariamente. Se fueron
desarrollando. Algunos de estos muchachos se hicieron economistas,
otros ingenieros…
N.K.: EntoncesMansillamantuvo esa fidelidad a la Unión
Soviética…
O.B.D.: ¡Una fidelidad a ultranza! Y si le criticaban a
Nikita Kruschev, mantenía un respeto total…
N.K.: ¿Y si le criticaban a Stalin?
218
O.B.D.: Reconocía “algunos errores” de Stalin, pero no era
tampoco, para nada, inconsecuente con su línea de respeto…
A León Trotsky sí lo criticaba mucho.
N.K.: ¿Cómo fue entonces la discusión del Che y Oltusky
con Mansilla?
O.B.D.: El Che estaba discutiendo muy fuerte con Mansilla.
Haciéndole muchas críticas a los soviéticos y al papel que
estaba jugando Nikita Kruschev. Por esoMansilla decía que el
Che, como Fidel, también era un “alumno difícil”. El Che le
discutíamucho. En eso la discusión iba subiendo de tono. Enrique
Oltusky quería intervenir. El Che lo pateaba por debajo
de la mesa para que aquello no pasara a mayores. Oltusky no
aguantó más y le dijo a Mansilla: “¡No joda más, Mansilla!” y
a continuación le dijo que lo de Kruschev era algo pusilánime,
muymiedoso, con un insulto que solemos utilizar los cubanos.
Entonces Mansilla, muy bravo (enojado) le contesto: “Altusky”,
porque nunca llegó a llamarlo Oltusky, “yo no jodo
machos” y entonces hizo toda una defensa de la URSS y de
Kruschev. Cuando terminó la clase, el Che lo reprendió a
Oltusky por haber largado ese exabrupto. Oltusky no le hizo
caso y volvió a reafirmar el insulto hacia Kruschev. Finalmente,
todo terminó a las risas entre el Che y Oltusky cuando
el Che cerró la discusión fraternal con una broma.
N.K.: Si Mansilla tenía una fuerte formación sobre la historia
soviética, cuando discutían sobre la NEP (Nueva Política
Económica) y las polémicas bolcheviques de los años 20 sobre
la acumulación socialista, ¿alguna vez se refería a Eugenio
Preobrazhensky y a su obra La nueva economía (1926)?
O.B.D.: Sí, después nos estudiamos la obra de Preobrazhensky
completa.
219
N.K.: ¿La estudiaron junto conMansilla o solamente entre
ustedes?
O.B.D.: La estudiamos entre nosotros. Mansilla hablaba
de Preobrazhensky con bastante rechazo. Él sugería que
Preobrazhensky era un “revisionista”. A Preobrazhensky lo
empezamos a conocer por vía Mansilla, pero muy ligeramente.
Mansilla no llevó textos de Preobrazhensky. Se refería
a él sin textos. Después nos conseguimos los libros de
Preobrazhensky y lo estudiamos directamente.
N.K.: ¿El Che leyó a Preobrazhensky? Porque sus planteos
se parecen bastante…¿no?
O.B.D.: Bueno, Preobrazhensky planteaba cosas parecidas,
en algunos aspectos. Que se construyera un sistema
donde no se incluyeran los elementos demercado. También la
idea de que en una primera etapa había que centralizar
mucho, porque en aquel inmenso país con pocas comunicaciones
había que centralizar. Preobrazhensky insistía mucho
con esa tesis. Claro, no era nimuchomenos el planteo del Che.
Pero tienen muchas cosas similares.
N.K.: Incluso Preobrazhensky también fue un crítico de la
NEP, al igual que el Che.
O.B.D.: ¡Preobrazhensky fue un crítico fuerte de la NEP!
Hasta que “lo volaron”… lo mataron …porque ya allí, el que
se enfrentaba a Stalin, Stalin lo mataba…Esas fueron de las
cosas negras de Stalin.
N.K.: ¿Entonces el Che llegó a leer La nueva economía de
Preobrazhensky?
220
O.B.D.: Sí, sí, sí. La leyó, y todo eso, como un auxilio...
Como también estudió a Trotsky, se lo leyó completo. El Che
y todo un grupo de nosotros.
N.K.: ¿Qué libros de Trotsky leyó?
O.B.D.: Bueno, las cosas originales de Trotsky y después
empezaron a salir los tres tomos de Isaac Deutscher: El profeta
armado, El profeta desarmado y El profeta desterrado.
Se los leyó al detalle. El Che leyó incluso hasta de los últimos
libros de Trotsky, aquel libro que no terminó él sino sumujer
en México.
N.K.: Esos tomos están en la biblioteca personal del Che
en La Habana.
O.B.D.: Sí, sí, al Che algunos lo acusaban de trotskista.
Pero en Cuba a Trotsky se lo consideraba como uno de los dirigentes
principales… después de Lenin, Trotsky. Así lo consideraba
la gente culta. Por ejemplo Raúl Roa, que era una
persona culta.
N.K.: ¿A Ernest Mandel lo leían?
O.B.D.: ¡Mucho! Además Mandel fue a nuestro país y estuvo
con nosotros un tiempo en Cuba.
N.K.: ¿Mandel formó parte de estos seminarios sobre El
Capital?
O.B.D.: No, no formó parte. Pero Mandel fue con sus libros,
se hizo amigo del Che, se hizo amigo mío, entonces hacíamos
conversaciones largas…
N.K.: ¿Ustedes hablaban con él en español?
221
O.B.D.: Sí, él hablaba español.Mandel era un hombremuy
bien formado, académicamente. No era ningún tonto. ¿Tú llegaste
a conocer personalmente a Mandel?
N.K.: Solamente llegué a escucharlo cuando vino a Buenos
Aires a principios de los años 90 a dar una serie de conferencias.
Ya estabamuy viejito. No podía siquiera caminar sin que
lo ayudaran.
O.B.D.: Nosotros lo conocimos muy bien. Mandel era polémico,
pero conmucho tacto. El Che hizo buena relación con
Mandel. Lo que pasa es que el Che evoluciona y va entendiendo
todo lo de Trotsky. Él pensaba que Trotsky había ido
“apagándose” hacia el final de su vida, porque llega un momento
en que su odio hacia Stalin… que tiene sus razones,
¿no?... en parte lo van transformando en un enemigo de la
Unión Soviética. No de Stalin, sino de la Unión Soviética.
Hacia el final de su vida lo había de algún modo cegado su
odio personal contra Stalin, que era justificado, por cierto.
Pero estaba como “loco”. Es que le habían tomado a su hijo
preso… y otras tragedias por el estilo, lo que lo condujeron a
un odio visceral y personal que de alguna manera lo cegaba.
En la historia de la Revolución Rusa, de la revolución bolchevique,
él había sido casi un protegido de Lenin, tenía una historia
muy valiente, estuvo preso, se escapó de la prisión,
¡subvirtió a los soldados que lo tenían preso! ¡Fíjate tú qué
personalidad! Y luego de escaparse, logra llegar y empieza la
batalla por armar los soviets…El verdadero tipo de acción que
armó los soviets en San Petersburgo fue él. Lenin entra ya con
eso organizado.
N.K.: Vos dijiste queMandel llevó sus libros a Cuba. ¿Cuáles?
¿El Tratado de economía marxista?
O.B.D.: Ese mismo. Lo leímos todo, completo. Lo leímos
con sus matices. Mandel le tiraba mucho a Lenin.
222
N.K.: ¿En qué sentido decís que “le tiraba”?
O.B.D.: Lo digo en el sentido en queMandel no estaba tan
de acuerdo con Lenin, se apoyaba más en Trotsky. Por otra
parte, Mandel criticaba mucho la NEP, por eso en ese punto
había un acercamiento entre lo que decía Mandel y lo que
decía el Che.
N.K.: ¿En qué año estuvo Mandel en Cuba?
O.B.D.: En 1963-1964.
N.K.: ¿También estaba Charles Bettelheim?
O.B.D.: En esa etapa de la polémica también estaba
Bettelheim.
N.K.: ¿El Che tuvo relación personal con Bettelheim?
O.B.D.: Sí, tuvieron relación personal. Se escribían…Pero
la polémica con Bettelheimfuemuy “elegante”, digamos. Fue
una polémica “fina”. El Che lemandaba cartas. Le decía: “Profesor:
en esto no estamos de acuerdo con usted”. En el nivel
académico Bettelheimera refinado,menos polémico, y defendía
siempre la idea del cálculo económico. Insistía con la idea
de que lo del Che era puro idealismo… que la vía que planteaba
el Che acerca del desarrollo de las fuerzas productivas con
la conciencia…, que eso no caminaba. ¡Había que llegar, a través
del desarrollo de las fuerzas productivas, a alcanzar un
alto nivel de vida y cuando el hombre estuviera satisfecho con
todas sus necesidades, entonces adquiriría… ¡la conciencia!
(risas).
N.K.: ¿Bettelheim era militante del Partido Comunista
Francés?
223
O.B.D.: Sí, del PC francés.
N.K.: ¿Bettelheim además estuvo en Rusia?
O.B.D.: Sí, también estuvo en Rusia.
N.K.: Bettelheim había estado allá, en la Unión Soviética,
en 1936 para estudiar los problemas de la economía. ¿Participó
en la planificación soviética?
O.B.D.: Eso no lo sé o por lo menos no lo recuerdo.
N.K.: En algunos escritos pedagógicos deMansilla (Apuntes
para el estudio de “El Capital” de Carlos Marx. Mimeo),
cuando él desarrolla la teoría del valor y explica los primeros
capítulos de El Capital, habla críticamente de “algunos filósofos
franceses”.Mansilla les cuestiona su negación a aceptar
que el capítulo primero de El Capital hable de la historia y no
sólo de la lógica. Es decir que estos “filósofos franceses”, que
a él no le gustaban, plantean el valor como una abstracción
lógica. En esa argumentación Mansilla sostiene que lo mercantil
“existía antes que el capitalismo y perdura incluso durante
un período después que el capitalismo es derrotado por
la revolución, en la sociedad socialista”. ¿A quién se refería
Mansilla cuando criticaba a estos “filósofos franceses”? ¿A
Louis Althusser?
O.B.D.: Sí, sí, seguro que esa referencia es sobre Althusser,
aunque no se lo nombre. El tema de Althusser salíamucho en
las discusiones con el Che.
N.K.: ¿Qué opinaba el Che Guevara sobre Althusser?
O.B.D.: Él opinaba que Althusser estaba completamente
“fuera de foco”. En aquella época nos leímos los textos de
Althusser, como también nos leímos los textos de Herbert
Marcuse.
224
N.K.: ¿El Che había leído a Marcuse?
O.B.D.: Sí, lo leyó y después yo, dentro de mi círculo de
lecturas, organicé el estudio de Marcuse y ahí se armó una
bronca del carajo (risas). Ya existía en esa época la revista
Pensamiento Crítico. Entonces leímos El hombre unidimensional
completo. Entre los dos, entreMarcuse y Althusser, yo
prefería a Althusser.
N.K.: El Che tenía un ejemplar de PourMarx (traducido al
español porMarta Harnecker con el título La revolución teórica
deMarx) y en el capítulo sobre “Marxismo y humanismo”
el Che le había escrito en los márgenes anotaciones críticas a
Althusser. ¿Ustedes leyeron y discutieron a Althusser en el seminario
con Mansilla?
O.B.D.: No, sólo de costado, porque el seminario conMansilla
estaba centrado exclusivamente en El Capital de Marx.
Se traían algunos otros autores, pero el debate y el estudio estaban
centrados en El Capital. Mansilla por ahí traía a colación
el Anti-Dühring de Federico Engels, también. El Che leyó
a Althusser pero no creó que haya habido alguna reunión centrada
en discutir los textos de Althusser. Uno de los temas, sí,
giraba en torno a un acuerdo sobre la polémica acerca de la
validez delMarx joven y elMarx maduro, ya formado. El Che
nos decía que había que ir al Marx joven, por ahí había que
empezar. En el Marx joven, con ideas frescas, con más carga
de filosofía que de economía.
N.K.: Cuando el Che defiende la necesidad de dar cuenta,
junto con la construcción de la base material, de “los hechos
de conciencia”, él retoma los Manuscritos de 1844 de Carlos
Marx…
O.B.D.: Exactamente. Por ahí iba la cosa, un texto que
Althusser criticaba.
225
N.K.: ¿En qué momento se puso a estudiar los Manuscritos
de 1844 de Marx?
O.B.D.: No tengo la fecha precisa. Debe haber sido entre
1962 y 1964. Porque después de haber manejado y dominado
todo El Capital, el Che se puso a profundizar con otras cosas.
Ahí el Che tomó también El Estado y la revolución de Lenin
y lo estudió –lo estudiamos— en detalle. Ya no en el seminario,
sino solos. El nos dio El Estado y la revolución y nos dijo:
“Estudiénse esto”.
N.K.: Cuando Régis Debray recién llegó a La Habana y se
vinculó con el Che, él venía también con el prestigio de ser
alumno de Althusser en la Escuela Normal Superior de París.
Más allá de las discusiones políticas, ¿Debray discutió sobre
Althusser con el Che?
O.B.D.: No, para nada. ¿Vínculos con el Che? Ninguno. Sí
tuvo vínculos, personales, con Fidel. Lo que sucede es que
cuando se prepara la guerrilla para Bolivia, Fidel quería que
Debray fuera, a título de periodista, y pudiera introducirse
hasta donde estaba el Che. Y Debray tenía un interés en quedarse
con el Che, combatiendo, eso es cierto. De esto yo conozco
bastante porque cuando Debray ya era conocido en
Cuba y él se marchaba para Bolivia, él me llama una noche.
Vivíamuy cerca demi suegro. Debray quería conocerme y hablar
conmigo sobre todas estas discusiones: sobre el Sistema
Presupuestario de Financiamiento, sobre el pensamiento económico
y todo esto. Entonces llegué a la casa de Debray. Me
acuerdo queme recibió descalzo. Debray era de una autosuficiencia
increíble, realmente increíble. Estuvimos hablando
desde las ocho de la noche hasta la una de lamañana. Todo en
un tono muy amistoso. Él iba caminando, siempre descalzo,
de aquí para allá. Pero hablaba desde una pose… se sentía
como un dios…realmente una actitud muy “pesada”. Por eso
226
yo pensé que el encontronazo entre Debray y el Che en Bolivia,
para mí, al menos es lo que yo pienso, tiene mucho que ver
con la prepotencia de Debray. Debray se consideraba largamente
superior al Che Guevara. En conocimiento, en esto y
en lo otro… Era muy joven, no tenía ninguna humildad. No
llegó a Bolivia para ayudar sino para polemizar como… “Danton”,
su sobrenombre en Bolivia. Era demasiado autosuficiente.
Desde aquella noche que lo conocí en su casa, yo
siempre pensé que iba a chocar con el Che. Era fatal su falta
de humildad. En eso tengo que admitir,más allá de las críticas
políticas o ideológicas que se pudieran hacer, que los científicos
soviéticos que conocí eran tiposmuchomás humildes, no
tan engreídos. Andaban por la calle con su maletín, te invitaban
vodka y una especie de salchichón. Había que convencerlos
que primero estudiáramos y después tomáramos vodka
(risas). Yo no podía estudiar si tomaba vodka. En serio, siempre
tenían un tono más humilde, no tan autosuficiente. Pero
bueno, no creo entonces que Debray y el Che hubieran hablado
o discutido sobre Louis Althusser.
N.K.: Además del seminario semanal con Mansilla sobre
El Capital, ¿en qué ámbito discutían estas cuestiones con el
Che?
O.B.D.: Básicamente en las reuniones bimestrales del
Ministerio de Industrias. Se planteaba un tema de estudio y
discusión. Cualquiera podía ser. Por ejemplo el tema de los
estímulosmorales asociado a la experiencia soviética. ¿Quién
desarrolla el tema para la próxima reunión? Fulano. El Che
empleaba el mismo método que Mansilla. ¡Claro! ¡El papel
protagónico era siempre de él! (risas). Él repartía los capítulos.
Algunos se los llevaban bien estudiados, otros no. Bueno,
eso se explicaba porque teníamosmuchísimo trabajo, intenso
trabajo y no teníamos tiempo. Los que no estudiaban hacían
el ridículo por no haber estudiado a fondo. El Che les platicaba
227
y entonces volvían después a plantearlo. Pero sí, en esa etapa
de la revolución discutíamosmucho. En las reuniones bimestrales
delMinisterio de Industrias discutimos también el problema
de los estímulos, eso fue fundamental.
N.K.: ¿Cómo se decidió publicar la revista Nuestra Industria?
O.B.D.: Por iniciativa propia del Che. Como la polémica ya
estaba fuerte, el Che crea Nuestra Industria Económica para
tener, dentro delMinisterio, un órgano para poder escribir. Y
allí invita a escribir a todos.
N.K.: ¿La revista nace a partir de la polémica?
O.B.D.: La polémica es la que genera la necesidad. Nacen
dos revistas. La primera fue Nuestra Industria Económica,
donde escribía el Che, Álvarez Rom, …mío no salió nada porque
yo no tenía capacidad para escribir. Y empezó a escribir
mucha gente. Por ejemplo, el argentino Néstor Lavergne,
quien estaba totalmente en contra del Sistema Presupuestario.
Pero el Che abre Nuestra Industria Económica para que
sea un órgano donde publicaran los favorables a sus posiciones
y también los contrarios, aquellos que defendían el cálculo
económico. Así empieza a crecer Nuestra Industria Económica
y después el Che promueve Nuestra Industria Tecnológica.
En ésta última la polémica no era tanto económica sino
más bien entre los técnicos. Los del azúcar, los del petróleo,
unos y otros, etc. En esta segunda revista también se divulgaba
mucho el trabajo voluntario en la fábrica.
N.K.: Hace un tiempo, el sociólogo cubano Aurelio Alonso
nos contó que amediados de los 60, cuando Fidel estaba en la
Plaza en la Universidad de La Habana hablando con los estudiantes,
Ricardo JorgeMachado le hace algunas preguntas. Y
228
entonces Fidel le contesta, tienen delante de todo el mundo
un intercambio de preguntas y respuestas, y en algún momento
Fidel le dice: “¿Así que tú eres uno de los profesores de
marxismo que anda diciendo que yo no conozco El Capital y
que los dirigentes cubanos no conocen El Capital y que no dominan
el marxismo...?”. Y entonces Ricardo Machado le responde
que no era así, que seguramente le habían informado
mal. Que ellos, los jóvenes vinculados al Departamento de Filosofía
de la Universidad de La Habana, de ninguna manera
estaban pensando de ese modo ni andaban diciendo eso…y a
partir de ese intercambio verbal Fidel los fue a visitar varias
veces al Departamento de Filosofía de la Universidad de La
Habana y trabó una relaciónmuy buena con todos estos jóvenes…
O.B.D.: Sí, sí, sí, puede ser. En ese momento Fidel iba
mucho para la plaza Cadena de la Universidad. Se ponía a
discutir mucho con los estudiantes y los jóvenes, en forma
muy “fresca”, muy divertida. Cuando la revista Pensamiento
Crítico se organiza con gente de la Universidad y del Departamento
de Filosofía, yo organicé simultáneamente en el Ministerio
del Azúcar un círculo intenso de estudios sobre
economía política donde también estaban FernandoMartínez
y Aurelio Alonso, que eran parte de aquella revista. Participaba
además AlbertoMora, quien también había intervenido
en las polémicas del año 1963 y 1964 y había discutido con el
Che. Estuvimos unos seis meses estudiando. Entonces una
noche del año 1965 –ya el Che se había ido de Cuba–, hablando
con Fidel, yo le comenté que estábamos haciendo un
círculo de estudios sobre economía política. Y Fidel me dijo:
“¡Oye! ¡Qué interesante! Quiero irme una noche para allá”.
Entonces se nos apareció una noche y se pasó discutiendo
hasta la madrugada, sentado arriba de una mesa. Realmente
fue muy sabroso.
229
N.K.: ¿Qué discutían con Fidel? ¿Sobre El Capital?
O.B.D.: No, sobre cosas filosóficas y sobre América Latina,
pero esa vez, en rigor, no discutimos sobre El Capital.
N.K.: Además de los clásicos marxistas o El Capital, ¿qué
otros libros leían y estudiaban junto al Che Guevara?
O.B.D.: Bueno, un poco “obligados” por el Che nosotros
también nos leímos el libro de Edward Bellamy: El año 2000,
escrito en la segunda mitad del siglo XIX. Bellamy (1850-
1898) era un pensador socialista utópico norteamericano. Su
libro, una utopía novelada, es una cosa increíble. El tema del
libro es el socialismo en los Estados Unidos, empezando por
la ciudad de Boston. Su personaje central cae en un sueño y
empieza a imaginarse la sociedad socialista en EEUU. ¡Es increíble!
Seguramente Bellamy ya conocía a Marx. Se habría
leído lo que publicaba Marx en los diarios norteamericanos,
quizás los artículos del New York Daily Tribune. Al imaginarse
la sociedad socialista, se la imagina sin dinero…¡Igual
que en el Sistema Presupuestario de Financiamiento, donde
en el seno de las empresas estatales queda suprimido el dinero!...
también plantea que se usaría una tarjeta para pagar…
¡Exactamente una tarjeta de crédito! La tarjeta de crédito
surge en 1948. Con la tarjeta de crédito se hacían transferencias
sin utilizar el dinero. Entonces Bellamy se imagina una
gran diligencia donde iban los ricos, losmillonarios, y los que
arrastraban esa gran diligencia eran los pobres, los miserables.
Bellamy se imagina cómo se podría socializar la economía.
Y allí va al tema de la tecnología, y al sistema de
distribución justo en sus aspectos prácticos…¡Era asombroso,
un tipo realmente visionario! Entonces Bellamy se imagina
un sistema de tiendas donde no existe el sistema del pago,
tampoco hay pago en salario, en dinero… algo análogo al sistema
de los kibutz israelíes –un sistema realmente intere-
230
sante…, quedanmuy pocos kibutz hoy en día, pero esmuy interesante
analizar los kibutz–. ¡Una idea visionaria, realmente!
N.K.: Entonces el Che, además de estudiar el pensamiento
científico y la teoría crítica de Carlos Marx también recupera
núcleos del pensamiento utópico, de los grandes utopistas socialistas,
del socialismo utópico…
O.B.D.: ¿Qué sucede? Que cuando el Che lee a Bellamy encuentra
núcleos, encuentra cosas, que –¡para gran sorpresa
suya!– coinciden con elementos del Sistema Presupuestario
de Financiamiento. Él se sorprende al leer estas ideas en aquella
novela. Fíjate que Bellamy también se imagina que en un
sistema de distribución en el cual no circula dinero, desde las
casas, desde las viviendas particulares, uno se podía comunicar
con las tiendas. Había un sistema de comunicación, ¡qué
no era el teléfono! Era un sistema de comunicación donde tú
llamabas, te comunicabas con la tienda mediante una pantallita
donde apretabas unas teclas, y entonces hacías el pedido…
Bellamy decía que te enviaban los productos mediante
un sistema neumático. No tenía que venir ningún mensajero
a traerte el producto a tu casa, como existen hoy los sistemas
de envíos a domicilio.
N.K.: ¿Qué reacción tiene el Che al conocer el libro utópico
de Bellamy?
O.B.D.: ¡Se apasiona! Tanto se apasiona que hay una fotografía
en la plaza de la Revolución de La Habana, en aquellos
días en que estaba leyendo a Bellamy, donde la plaza está llenándose
de gente y el Che está leyendo el libro de Bellamy.
N.K.: ¿En qué año lo leyó el Che?
231
O.B.D.: Creo que fue en el año 1962. ¡Me obligó a que lo leyera!
Me dijo: “¡Léete esto! ¡Fíjate qué interesante! ¡Cómo
coincide con lo que planteamos nosotros!”Me lo dijo con una
pasión tremenda. El Che encontraba coincidencias con el
tema del dinero aritmético. En el planteo del Che, en el Sistema
Presupuestario de Financiamiento, se elimina el pago
entre empresas del sector estatal. Se hacían transferencias
bancarias de una cuenta a otra, pero no se realizaba un intercambio
de mercancías, una compraventa mediada por el
mercado y el dinero. Esto sucedía dentro del sector estatal.
Cuando el producto pasaba a otro sector, al mercado, ahí sí
había intercambio mercantil, dinero, etc.
N.K.: ¿El Che había leído a Charles Fourier?
O.B.D.: Sí, seguro. Lo había leído.
N.K.: ¿El Che y su equipo delMinisterio de Industrias leían
a Oskar Lange?
O.B.D.: ¡Sí! ¡Mucho! A Oskar Lange, tiempo después, yo lo
conocí personalmente. Pude conocer a las tres grandes “vacas
sagradas” de la ciencia y la economía política de Polonia:
Lange, Kalecki y Bobrowski.
N.K.: ¿El Che los estudiaba?
O.B.D.: Sí, por supuesto. El Che estudiaba los instrumentos
de la econometría de Lange para aplicar a nuestra economía
socialista. Se podían utilizar esos instrumentos…¡pero sin
el cálculo económico! Esa era la lectura que el Che hacía de la
obra de Oskar Lange.
N.K.: ¿Cuándo los conociste vos?
232
O.B.D.: Fíjate qué cosamás curiosa. En el primer viaje que
hice a la Unión Soviética, fui con la primera delegación cubana.
El Che me envía para que yo vaya viendo el tema de las
empresas y todo eso. Allí tuvimos encuentros con académicos
y también encuentros comerciales. Cuando llegamos a Polonia,
que era el segundo país de la gira, nos recibióWladyslaw
Gomulka, el secretario del partido comunista. Estaba en
medio de un congreso del partido. En la entrevista con
Gomulka se produce una polémica. Nuñez Jiménez iba de jefe
de la delegación, yo iba de segundo y había tres o cuatro compañeros
más. Gomulka era un obrero, un luchador, con toda
una trayectoria de lucha… por supuesto que era antisoviético
hasta el límite. Gomulka era muy ignorante. Entonces en la
entrevista con nosotros nos critica que hayamos mantenido
la base norteamericana de Guantánamo. ¡Imagínate! El canciller
polaco, que era un hombremuy reconocido en Naciones
Unidas, que hablabamuchísimos idiomas y que era cultísimo,
le explicó delante nuestro a Gomulka toda la historia de la
base naval de Guantánamo. Sabía la historia como un cubano.
Entonces Gomulka, después de escuchar la historia, se cayó
la boca. Luego, al segundo día, el canciller propone que yome
entreviste con las tres “vacas sagradas” de la economía política
en Polonia. Él creía que yo sabía de economía…¡En esa época!
¡Imagínate!Me invitaron a la casa de Bobrowski, también estaban
Lange y Kalecki. Lange era elmás joven. Bobrowski era
un tipo alto, parecía obrero, pero era un intelectual. Kalecki
era un tipo flaco, fumaba como un burro, iba cortando los cigarrillos
en dos para fumar menos. Hice amistad con los tres
viejos. Por entonces yo no tenía idea de la grandeza de esos
tipos. Después los leí y tomé conciencia de quienes eran realmente
y lo que significaban para el conocimiento social. En
econometría Lange era elmás adelantado en el socialismo. En
planificación ese lugar lo tenía Kalecki.
N.K.: ¿No los invitaron a Cuba, como a Bettelheim o a
Mandel?
233
O.B.D.: Al profesor Kalecki lo invitamos a visitar Cuba
para que diera un seminario a nuestro Ministerio de Economía,
que en aquella época se llamaba Junta Central de Planificación.
Kalecki estuvo unos meses en Cuba y nos ayudó
mucho. ¡Hay que leer a Kalecki! Sus libros empiezan a utilizarse
como libros de texto en economía, sobre todo el tema de
la reproducción.
N.K.: ¿Con el Che llegaron a estudiar a Isaak Illich Rubin
y sus Ensayos sobre la teoría marxista del valor (1928)?
Porque sus análisis respectivos de la teoría del valor se asemejan
mucho.
O.B.D.: No, por lo menos yo no me acuerdo.
N.K.: ¿Y Baran y Sweezy?
O.B.D.: Sí, en esa época el Che se los leía. A Paul Baran y
a Paul Sweezy también los estudiamos bastante, junto con él.
N.K.: Cuando el Che Guevara está en Praga, a fines de 1965
y comienzos de 1966, te envía a vos sus apuntes críticos del
Manual de economía política de la Unión Soviética. Allí
realiza una críticamuy profunda y demoledora de las concepciones
oficiales en la URSS, llegando incluso a vaticinar su derrumbe
y su regreso al capitalismo. ¿Había leído el Che las
notas que Mao redactó en los 6013 criticando ese mismo manual?
O.B.D.: No creo que el Che haya alcanzado a leer esas
notas de Mao. ¡Y, discutiendo El Capital, no le pusieras a
Mansilla cerca a Mao…! porque…
234
13Mao Tse-Tung: Notas de lectura sobre elManual de Economía Política de la Unión Soviética. EnMao
Tse Tung: Escritos inéditos. Buenos Aires, Ediciones Mundo Nuevo, 1975.
N.K.: Aunque el Che discrepa completamente con el etapismo
de Mao, sin embargo en otros aspectos sus críticas al
manual de economía soviético se acercan…
O.B.D.: Bueno, el Che se había leído todo lo de los chinos
que se hubiera reproducido en español. La barrera idiomática
era una barrera tremenda. Lo que nosotros teníamos acceso
de China era muy escaso. Lo que nos llegaba era un boletín
que se llamaba Xinhua, de la oficina de información y prensa
internacional de ellos. Allí salían síntesis interesantes. Todas
las mañanas la embajada china nos enviaba eso. Lo leíamos
siempre. Cuando los chinos entran en crisis con los soviéticos,
empezaron a “atacar” conmayor bibliografía. Entonces enviaban
Xinhua bien “llenito”, un boletín bien gordo. Se distribuía
en el Ministerio para el Che, para mí y, creo, que para dos viceministros
más. Los otros tomaron miedo por la bronca de
los chinos con los soviéticos. No lo recibieron más. Yo seguí
recibiéndolo. Cuando en Cuba se forma nuestro primer partido,
que se llamaba las ORI (Organizaciones Revolucionarias
Integradas, donde se agrupaban diversas corrientes políticas
revolucionarias unificadas bajo el liderazgo de Fidel: el 26 de
julio, el PSP y el Directorio), se produce la discusión demimilitancia.
Entonces a tres comunistas ortodoxos –del grupo de
Blas Roca– (del PSP) les tocó formar el trío para analizar mi
militancia. Uno de ellos parecía Torquemada. En elMinisterio
de Industrias había compañeros de varias corrientes políticas.
Del Movimiento 26 de Julio, del Partido Socialista Popular,
trotskistas, de varios grupos. Una de ellas era una militante
del grupo de Aníbal Escalante, la microfracción de Escalante
(ultraortodoxa y prosoviética, célebre por su sectarismo), que
veía que yo todas las mañanas recibía y leía el boletín de
prensa de los chinos. Yo supongo que ella fue la que le informó
a esta gente lo que yo leía. Entonces cuando empezó la discusión
de mi militancia –que duró como tres horas– me atacaron
duramente porque yo era un indisciplinado, ya que seguía
235
estudiando a los chinos y leyendo a Xinhua.Me estaban “traqueteando”
duro. Yo seguía insistiendo con que iba a seguir leyendo
eso y todo lo que quisiera. Y justo cuando ya estaba a
punto de no poder ser admitido comomilitante, entra a la habitación
el Che. De pura casualidad.
N.K.: ¿Qué posición asumió el Che?
O.B.D.: El Che les pregunta: “¿Qué discuten?”. Ellos le
contestan: “La militancia del compañero Borrego”. Entonces
el Che pregunta: “Bueno, y ¿qué pasa?”. Entonces ellos empiezan
a hablar de todos mis méritos... Y el Che vuelve a preguntar.
Y ellos le dicen que a pesar de los méritos hay un
problema grave de indisciplina porque el compañero Borrego
todos los días lee el boletín de Xinhua. Entonces el Che se dio
vuelta hacia estos tipos y les dice: “¡Supongo que ustedes lo
están felicitando al compañero Borrego! ¿no? ¡Supongo que
no lo estarán criticando por eso!” Imagínate las caras de estos
tipos. Se quedaron paralizados. Finalmente gané mi militancia.
N.K.: Esa actitud del Che es una de sus grandes enseñanzas…
O.B.D.: Por supuesto. El Che nos enseñó y les enseña a las
nuevas generaciones que hay que leer y estudiar a todos. Él,
conmucho esfuerzo y perseverancia, estudiómucho y leyó durante
toda su vida. Hay que apropiarse de todo el conocimiento
social que existe.Hay que estudiar El Capital.Hay que
leer a Fidel Castro y al Che Guevara, a Lenin, a Trotsky, a
Stalin, a Mao. Hay que leer y estudiar a todos. ¡A todos! Hay
que leer, inclusive, a nuestros enemigos: lo que publican los
norteamericanos. Al enemigo imperialista no puedes criticarlo
si no lo conoces. ¿Cómo se puede ser un verdadero revolucionario,
un verdadero marxista, si no lees todo lo que se pro-
236
duce? Para ser un buen militante hay que hacer un esfuerzo
diario. Hay que prepararse y hay que estudiar rigurosamente
todos los días. ¡Hay que formarse! Esa es una más de las tantas
enseñanzas que nos dejó con su ejemplo de vida nuestro
querido Che.
237
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