domingo, 8 de mayo de 2011

Nuestro corazón y el campo electromagnético terrestre

miércoles 27 de abril de 2011
Científicos Investigan “causas cuánticas” de anomalías en el campo electromagnético terrestre observadas por satélites durante los ataques del 11-S.


El 11$ fue mucho más que una bandera falsa para justificar intervenciones geoestratégicas y para abolir libertades y derechos civiles. Científicos han podido demostrar que mientras el evento trascendía en directo por las televisiones de todo el mundo hubo importantes aberraciones en el heliosferio o campo magnético terrestre.

La investigación se trata de determinar si dichas alteraciones en el heliosferio tuvieran relación “cuántica” con el trauma colectivo simultáneo de millones de personas.

La serie de cuatro vídeos de diez minutos cada uno se han ¡doblado! en lugar de subtitulado. Gracias Fundación Soliris por el doblaje. Trata un poquito de lo relacionado con el 11$ a partir de los tres minutos en esta primera parte y luego en la cuarta parte un tratado a fondo sobre el fenómeno electromagnético ocurrido en el 11$.


Sobre el Monitoreo del Sistema de Coherencia Global

La iniciativa de coherencia global es un proyecto de investigación en colaboración con la Dra. Elizabeth Rauscher del Instituto de HeartMath y otros ingenieros y científicos para diseñar, construir y mantener un sistema de monitoreo de coherencia global (SMCG). El sistema de monitoreo de coherencia global medirá directamente las actuaciones en los campos magnéticos generados por la tierra y la ionosfera.

La Dra. Rauscher, una renombrada astrofísica a nivel internacional y científica nuclear, ha trabajado en instituciones como el Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley y el Laboratorio Lawrence Livermore y consulta regularmente con la NASA y la Marina deEE.UU..

Empezando a principios de los 80’s, ella y su actual esposo, el Dr. William Van Bise, construyeron un detector sensible de campo magnético para monitorear el campo geomagnético y las pulsaciones y resonancias asociadas con las excitaciones ionosféricas.

Su investigación llevó a algunos descubrimientos significativos. Por ejemplo, dos o tres semanas antes de terremotos o de erupciones volcánicas, el campo magnético de la tierra cambia, sugiriendo que un sistema de monitoreo de multi estaciones, podía predecir terremotos y erupciones volcánicas. No sólo la Sra. Rauscher y Van Bise predijeron la erupción cataclísmica del Monte Sta. Helena en Washington, año y medio después de la erupción, ellos predijeron el 84 por ciento de la actividad sísmica que ocurrió dentro de un área de 100 millas cuadradas alrededor de un solo detector. Este descubrimiento sólo justificaría el desarrollo de un sistema de monitoreo global, pero existen aún más razones importantes para hacerlo.

La comunidad científica está empezando recién a apreciar cómo los campos generados por sistemas vivos y la ionosfera interactúan el uno con el otro. Por ejemplo, la Tierra y la ionosfera generan una sinfonía de frecuencias en un rango de 0-01 hasta 300 hertzios, y algunas de las grandes resonancias que ocurren en los campos terrestres están en el mismo rango de frecuencia como aquellos del corazón humano y el cerebro. A pesar de que los investigadores han puesto la mirada en algunos de las posibles interacciones entre los campos terrestres y humanos y la actividad animal y de las plantas, los científicos han raspado apenas la superficie de aquello que puede ser logrado con algo tan sofisticado como el sistema de monitoreo de coherencia global.

Un número de descubrimientos importantes ya han salido a la luz. Por ejemplo, los cambios en el campo magnético de la tierra están asociados con los cambios en la actividad del sistema nervioso y cerebral; representación de tareas atléticas, de memoria y de otras tareas; sensibilidad en un amplio rango de experimentos percepción extrasensorial; mortalidad de ataques al corazón y derrames cerebrales; e incidencia de depresión y suicidio. Es interesante el notar que los cambios en las condiciones geomagnéticas afectan los ritmos del corazón de manera más fuerte que todas las funciones sicológicas estudiadas hasta el momento.

También hay evidencia en algunos casos que las ondas cerebrales humanas pueden sincronizar con el ritmo de las ondas electromagnéticas generadas en la ionosfera de la Tierra. Cuando la gente dice que “sienten” un temblor inminente u otros eventos planetarios, tales como cambios en el clima, es posible que ellos estén reaccionando a los signos físicos actuales que ocurren en el campo terrestre previos al evento.

Mientras que no sea difícil el concebir que las formas de vida alojadas en los campos magnéticos de la Tierra puedan ser afectadas por modulaciones en esos campos, es una proposición de mucho más alcance el sugerir que los campos de la tierra puedan ser influenciados o modulados por las emociones humanas. Sin embargo, los investigadores del Instituto de Coherencia Global teorizan que cuando muchas personas responden a un evento global con un sentimiento emocional común, la respuesta colectiva puede afectar la actividad en el campo de la tierra. En casos donde el evento evoca respuestas negativas, esto se podría considerar como una onda planetaria de estrés, y en casos donde una onda positiva es creada, esto podría crear una onda de coherencia global.

Esta perspectiva está apoyada por investigaciones en el Instituto de HeartMath, el cual ha mostrado que las emociones no sólo crean coherencia o incoherencia en nuestros cuerpos, sino que, como ondas de radio, también irradian hacia afuera y son detectadas por los sistemas nerviosos de los otros en nuestro medio ambiente.

Ahora está claro que nuestros sistemas nerviosos detectan estas ondas electromagnéticas generadas por otros en nuestro medio ambiente, pero también hay evidencia de un efecto global cuando grandes números de personas crean onda de salida similar. Por ejemplo, investigaciones conducidas por Roger Nelson y su equipo en la Universidad de Princeton para el proyecto de conciencia global utilizaron una red a nivel mundial conformada por un número de generadores al azar. Sus descubrimientos han provisto evidencia convincente que la conciencia humana y emocional crean o interactúan con un campo global, que afecta la elección de estos equipos electrónicos. El mayor cambio en el número de generadores al azar ocurrió durante los ataques terroristas al World Trade Center, el 11 de setiembre, 2001. Aún más intrigante fue el hecho que los números de generadores fueron afectados de manera significativa, aproximadamente cuatro a cinco horas antes del ataque, sugiriendo una intuición colectiva a nivel mundial sobre el evento inminente (ver figura 1).

Figura 1. La evidencia de la intuición colectiva: Datos RNG de los sitios ICG alrededor del mundo previo a los ataques del 11-S.

El sistema de monitoreo de coherencia global medirá directamente el campo magnético del planeta, el cual proponemos debería ser mucho más sensitivo a los efectos de interacciones humanas colectivas basadas en la emoción que pueden ser detectadas con otros tipos de detectores. Por ejemplo, dos satélites climáticos y administraciones nacionales oceánicas y atmosféricas (ANOA), monitoreando el campo geomagnético de la tierra también visualizaron cambios muy significativos al momento del ataque del 11 de Septiembre y durante varios días, indicando la onda de estrés posiblemente ocasionada por la emoción humana masiva que crearía modulaciones en el campo geomagnético(ver figura 2).

Figura 2. Los satélites ambientales, operacionales y geoestacionarios – midiendo el campo
geomagnético de la Tierra.

El sistema de monitoreo de coherencia global establecerá una red a nivel internacional de
estaciones de detección para medir las fluctuaciones en los campos geomagnéticos de la
tierra para los siguientes propósitos:

1. Verificar el grado hasta dónde los terremotos, las erupciones volcánicas y otros eventos energéticos planetarios se reflejan y se predicen por modelos de actividad específica en la dinámica del campo magnético de la tierra.

2. Examinar el grado hasta dónde hay una resonancia energética entre el campo magnético de la tierra y los ritmos del corazón humano y la actividad cerebral.

3. Examinar el grado de influencia del campo de la tierra en modelos del comportamiento colectivo humano.

4. Examinar el grado hasta dónde la resonancia colectiva emocional humana, en respuesta a eventos masivos de significancia emocional común, se refleja en la actividad del campo magnético de la tierra.

Creemos que el sistema de monitoreo de coherencia global puede facilitar un mejor entendimiento de las interacciones mutuas entre humanos y nuestro sistema ambiente global. Mucho más importante, sin embargo, es enlistar la colaboración de individuos y grupos de personas en establecer y amplificar los campos coherentes de salida, que interactúan con campos planetarios, ayudando así a establecer una coherencia global.

Por ejemplo, cuando un desastre ha devastado un área, la comunidad del Instituto de Coherencia Global será alertada para enviar cuidados coherentes al corazón de las personas en esa área por un espacio específico de tiempo para ayudar a reducir el sufrimiento y negatividad. Nosotros creemos que las intenciones coherentes tienen un impacto positivo; pero esto no ha sido científicamente probado. Proveer evidencia de esto es uno de las metas del proyecto.

Investigadores utilizarán los datos reunidos por el Sistema de Monitoreo de Coherencia Global para investigar por medio de estudios controlados cuáles son los efectos de la coherencia incrementada en el campo de la tierra y si resultará en una mejora social y de sanidad. La comunidad de coherencia global recibirá reportes actuales sobre los hallazgos.

El desarrollo y despliegue continuos del sistema de monitoreo de coherencia global
requiere apoyo financiero. Hacer clic aqui para informarse cómo hacer una donación
individual u organizacional, o patrocinar un lugar sensor en la web.

Este y otros artículos disponibles en Español en formato pdf

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