jueves, 2 de junio de 2011

VALENTI "¿¿ AUTOCRITICA VALIOSA!!!!!!de BItácora 5-2011

HACE MUCHOS AÑOS QUE ESPERABA ESTE DOCU DE VALENTI- UNA AUTOCRÍTICA PISITIVA.
QUE COMPARTO 100%.- ARQ.G.G.

¿La teoría y la práctica de la dictadura del proletariado como actúa en el mundo y en nuestro país?
El marxismo leninismo grave enfermedad del socialismo
Por Esteban Valenti (*)

El libro que más daño le hizo al socialismo, como teoría y como practica de la emancipación de los trabajadores y de las sociedades en su conjunto fue El Estado y la Revolución, de Vladimir Ilich Ulianov (Lenin).
Esto no es arqueología teórica, es profundamente actual, tiene que ver con el voluntarismo para cambiar la historia y con los errores que tumbaron al socialismo real y efectivamente cambiaron la historia.

Escrito en realidad como una especie de folleto, en medio de la profunda crisis rusa entre la caída del zar en febrero y la revolución de octubre, impreso en agosto de 1917 se transformó - mas allá de las intenciones de su autor - en el libro de cabecera de todo el movimiento comunista internacional durante décadas. Discrepar con partes o con todo El Estado y la Revolución era un imperdonable pecado de revisionismo y merecía la más profunda condena por desviarse de las ideas revolucionarias y de la pureza del marxismo leninismo. Una creación con la que no tienen nada que ver Marx y dudo bastante que fuera el objetivo de Lenin.

Es la lectura más forzada y parcial de las ideas de Carlos Marx, transformadas por las circunstancias y por sus cultores me conté entre ellos en la guía más importante para la acción política. Es sobre ese libro que se construyó una especifica y concreta teoría del estado y como consecuencia directa sobre la Dictadura del Proletariado..

El concepto teórico original de la Dictadura del Proletariado sufrió a partir de ese libro una transformación profunda y despiadada, que cambió su esencia.

Unas docenas de jefes del Partido, de inagotable energía y de un idealismo ilimitado, dirigen y gobiernan. Entre ellos, la dirección se halla en realidad en manos de una minoría de hombres de cerebro eminente, que de vez en cuando convocan a una elite de la clase obrera para reunirse y aplaudir los discursos de los jefes y votar por unanimidad las resoluciones que se les presenta. Es, pues, en el fondo, un gobierno de camarilla, una dictadura, es cierto, mas no la dictadura del proletariado... Esto no lo escribió ningún contrarrevolucionario, sino Rosa Luxemburgo.

El estilo de la polémica de Lénin que acusa a diestra y siniestra a todos los que pueden pensar diferente de filisteos pequeñoburgueses y oportunistas, contribuyó a crear una cultura de la exclusión de los matices y del debate. El que cruzaba la delgada línea de la pureza comenzaba la travesía del desierto, con Lenin en el plano político, con Stalin era el inicio de la travesía hacia Siberia.

Tenían razón los que criticaron a Jaime Pérez y a otros comunistas que pretendieron discutir ese concepto, sin esa teoría del Estado, no se sostiene el andamiaje teórico y político de los Partidos Comunistas. Es el primer peldaño inevitable y fundamental, del centralismo democrático y de una visión sobre las relaciones entre la sociedad y el proletariado, entre el proletariado y el partido y entre el partido y su líder. Esa es la concepción que se derrumbó con el muro de Berlín.

Esa visión no tenía que ver con el carácter y la propia actitud de Lenin y su relación con los soviet o con el propio PSDOR (b) Partido Socialdemócrata Obrero Ruso (bolchevique). La historia está llena de ejemplos y de instantes de intenso debate, incluso de situaciones en las que Lenin quedó en minoría en su propio partido. Pero fue la plataforma sobre la cual Stalin pudo construir su práctica y sus crímenes.

Leer el Estado y la Revolución, es un ejercicio fascinante, es la expresión de la teoría más voluntarista de la historia, del uso de la fuerza como el instrumento principal y casi único para cambiar la sociedad y la negación de algunos de los conceptos esenciales de la teoría de Marx sobre la relación entre la estructura económica y las superestructuras jurídicas y culturales.

Dos citas del Estado y la Revolución: El Estado es una organización especial de la fuerza, es una organización de la violencia para la represión de una clase cualquiera. ¿Qué clase es la que el proletariado tiene que reprimir? Sólo es, naturalmente, la clase explotadora, es decir, la burguesía. Los trabajadores sólo necesitan el Estado para aplastar la resistencia de los explotadores, y este aplastamiento sólo puede dirigirlo, sólo puede llevarlo a la práctica el proletariado, como la única clase consecuentemente revolucionaria, como la única clase capaz de unir a todos los trabajadores y explotados en la lucha contra la burguesía, por la completa eliminación de ésta.

La segunda: Las clases explotadoras necesitan la dominación política para mantener la explotación, es decir, en interés egoísta de una minoría insignificante contra la mayoría inmensa del pueblo. Las clases explotadas necesitan la dominación política para destruir completamente toda explotación, es decir, en interés de la mayoría inmensa del pueblo contra la minoría insignificante de los esclavistas modernos, es decir, los terratenientes y capitalistas

La doctrina de la lucha de clases, aplicada por Marx a la cuestión del Estado y de la revolución socialista, conduce necesariamente al reconocimiento de la dominación política del proletariado, de su dictadura, es decir, de un Poder no compartido con nadie y apoyado directamente en la fuerza armada de las masas. El derrocamiento de la burguesía sólo puede realizarse mediante la transformación del proletariado en clase dominante, capaz de aplastar la resistencia inevitable y desesperada de la burguesía y de organizar para el nuevo régimen económico a todas las masas trabajadoras y explotadas.

El proletariado necesita el Poder del Estado, organización centralizada de la fuerza, organización de la violencia, tanto para aplastar la resistencia de los explotadores como para dirigir a la enorme masa de la población, a los campesinos, a la pequeña burguesía, a los semiproletarios, en la obra de "poner en marcha" la economía socialista

Decía Rosa Luxemburgo La libertad sólo para los que apoyan al gobierno, sólo para los miembros de un partido (por numeroso que éste sea) no es libertad en absoluto. La libertad es siempre y exclusivamente libertad para el que piensa de manera diferente"

Aún a partir de estos elementos y estas contradicciones la revolución rusa no fue un accidente, ni una aventura conspirativa de un puñado de iluminados. Se mantuvo y derrotó a sus enemigos porque contó con la participación de millones de obreros, de soldados y de hombres y mujeres del pueblo ruso. Sus objetivos eran - en la Europa de 1917 - los más radicales y revolucionarios, pues se proponían nada menos que terminar una guerra feroz e imperialista, mejorar radicalmente las condiciones de vida del pueblo, pan, techo, mínimas condiciones de salud, de vivienda y educación para millones de seres explotados vergonzosamente por el zarismo. No se proponía una utopía sino un cambio revolucionario en las relaciones sociales.

Pero nadie dijo que ese proceso debía darse en un país atrasado, desangrado por las guerras con Alemania e interna con los guardias blancos y las potencias que los apoyaban y con un atraso milenario, mediante la estatización de todo, de los medios de producción, de la tierra, de la sociedad en su conjunto.

El Estado y la Revolución que en realidad era básicamente una respuesta táctica a un momento particular de la revolución, se devoró todo el programa, y fue el corazón de la teoría y la práctica del PSDOR y de la Tercera Internacional. No sin debates y contradicciones.

Un gobierno absoluto, manejado con mano de hierro por un partido actuando a nombre del proletariado debía proponerse objetivos a la altura de su omnipotencia, de su voluntarismo político y ello sólo podía expresarse en la propiedad total del Estado. Y no era sólo la propiedad de la tierra y el fin de la servidumbre, fue la propiedad total, de los medios de producción, de cambio, de los medios culturales y políticos.

Esa teoría del Estado contenida en el libro era absolutamente funcional a la teoría del Partido como el único sujeto de la revolución y del fin de la historia y, de su jefe como el guía de ese proceso. Una cosa era con Lenin vivo, un intelectual y un luchador decidido y totalmente comprometido con el partido, pero con una experiencia política y humana determinada y otro muy diferente con Stalin, un oscuro seminarista georgiano, responsable de aparatos de expropiación del partido, inculto y primitivo. Era la Rusia zarista asiática y su brutalidad en el centro del poder.

Esos objetivos de la teoría del Estado eran la plataforma, Stalin le dio la táctica y la metodología. Su brutalidad, sus crímenes no son el resultado de un arrebato de locura, son una visión llevada al extremo de esa misma teoría, que no podía detenerse ni siquiera antes los propios integrantes de la dirección del partido que se oponían al diseño stalinista. Opositores desde diversas posiciones como Trosky, Zinoviev, Kamenev, Kirov o le mariscal Tujachevski, para citar solo algunos. La mayoría de los dirigentes de la época leninista fueron exterminados por Stalin en muy pocos años.

Lenin en vida trató a Stalin de grosero con los compañeros. Pero además de resultar algo pobre la crítica, en realidad, lo que no hicimos es preguntarnos como había sido posible el fenómeno terrible del culto a la personalidad.

Cuestiones del leninismo escrito o firmado por Stalin es un escalón más abajo, más burdo en el proceso de corrupción de las ideas de Marx, sobre casi todas las cosas, en particular en su visión del papel de la estructura económica y los procesos materiales en los cambios y en la evolución histórica. Es el voluntarismo autoritario llevado a su máxima expresión, utilizando las banderas del socialismo y citando a Lenin.

¿Hubo momentos en que la situación pudo corregirse?. Pocos y muy complejos. El debate entre Lenin y Rosa Luxemburgo sobre la pluralidad en el socialismo y otros temas democráticos, fue uno de ellos. La historia ha demostrado que era un debate mucho más profundo, más de fondo, sobre la propia esencia del socialismo. Perdió Luxemburgo y perdió el socialismo.

La Nueva Política Económica (NEP) que últimamente ha sido redescubierta por algunos compañeros fue otro de esos raros momentos, pero para aplicarla había que desandar un complejo proceso estatal y partidario y entregar porciones de poder muy importantes, invertir la marcha. Ya no había fuerzas ni espacio. Y además no tuvo una base teórica sólida, que revisara profundamente las bases sobre las que ya funcionaba el estado soviético y el partido, único e indiscutible.

Stalin fue elegido para un cargo aparentemente administrativo, como secretario general con el apoyo de Lénin, en el XI Congreso del Partido Bolchevique. Un solo dato de la estructura y de lo que estaba en juego: en 1913 durante el régimen zarista había 800.000 funcionarios en los tiempos de la NEP en 1921 los funcionarios ascendían a 7.300.000. Y Lenin vivía y luchaba.

La burocracia se había transformado en una nueva categoría social y fue la base fundamental del stalinismo y nunca, luego de la caída del propio Stalin, fue afectada en su poder y su enorme tamaño.

¿Qué tiene que ver ese proceso como lo preveía Federico Engels en el Anti-Dühring? "El proletariado toma en sus manos el Poder del Estado y comienza por convertir los medios de producción en propiedad del Estado. Pero con este mismo acto se destruye a sí mismo como proletariado y destruye toda diferencia y todo antagonismo de clases, y, con ello mismo, el Estado como tal. ...El gobierno sobre las personas es sustituido por la administración de las cosas y por la dirección de los procesos de producción. El Estado no será 'abolido'; se extingue. Pues en la URSS el estado lejos de extinguirse se había multiplicado por 5 veces..(Esta cita de Engels mucho más amplia está precisamente en El Estado y la Revolución)

El partido y la dictadura del proletariado.

Cuando el partido es único e indiscutible desarrolla en su seno naturalmente las condiciones de una estructura piramidal, indiscutible y con liderazgos únicos e indiscutibles. Así funcionó en los partidos comunistas durante muchas décadas, con matices y diferencias.

Era otra época, donde del lado de los enemigos y adversarios la fractura con el socialismo real en el poder o que aspiraba a él fueron tan totales y absolutas que contribuyeron a reforzar el clima de aislamiento, de ciudadela sitiada y de respuestas totales en todos los terrenos.

Si los primeros pensadores socialistas como ellos mismos lo reconocieron desde el principio se inspiraron en la economía inglesa, en el socialismo francés (la política) y la filosofía alemana, luego del surgimiento del leninismo, las referencias eran todas dentro de las propias ideas del leninismo y se construyo una cultura del manual que todo lo interpreta y resuelve. Desde la política, la economía, la filosofía, la antropología, la cultura, el arte, la genética, las ciencias naturales y su relación con las ciencias sociales. Un círculo de hierro. ¿Eso era una guía para la acción?

No creo que Lenin se haya propuesto esa barbaridad, pero el leninismo lo logró y nos dejó atrapados a todos en una comodidad intelectual innegable: una teoría acabada capaz de explicar y de guiarnos hacia la acción sobre los principales temas de la historia. No nos lavemos las manos con el stalinismo, del proceso formamos parte todos aunque no hayamos mandado a nadie a los Gulag o a ningún compañero lo hayamos fusilado. Al menos con un pelotón armado...

Fue una gran aventura colectiva e individual y no sólo un error. En todo caso el error fue haber aceptado que era posible por encima de Marx y de todos los grandes pensadores socialistas encorsetar la aventura de la revolución social, en una teoría y una practica tan cerradas y paralizadas.

¿No hubo desarrollo de la teoría, de la praxis? Sobre la base del aporte de Marx uno de los más formidables pensadores de la humanidad y del éxito político militar innegable de la revolución rusa, hubo desarrollos importantes. Intelectuales de primer nivel que hicieron su contribución, Luckás, Gramsci, Mariategui, Althouser, Arismendi,
pero no tocaron la base del leninismo de manera directa, sino en forma indirecta. Y en ningún caso cuestionaron a fondo El Estado y la Revolución. Ahora es tarde. La más audaz y que fue más a fondo en la crítica fue Rosa Luxemburgo, con una limitación importante murió en 1919.

Ahora hay que volver a leer a Marx, no porque nos vaya a explicar los procesos actuales, nadie que tenga una mínima sensibilidad marxiana (para no utilizar otra deformación, el marxismo) puede creer que libros escritos hace 170 años lograrán explicar los ciclópeos cambios operados en todos los aspectos de la vida de los seres humanos. Pero hay algo que sigue teniendo un enorme valor, la actitud, el rigor, la investigación, la audacia en la formulación de sus hipótesis de trabajo y su método de probanza. Y su gran proyecto de cambiar el mundo, de hacerlo progresar, en el sentido más profundo y justo del término.

Vale la pena volver a encontrar la despiadada crítica al capitalismo y simultáneamente su valoración como momento de transición revolucionaria en la historia de la humanidad. Sirve para comprender las bases materiales de los posibles cambios que cuestionan el capitalismo y para comprender que esa relación entra la estructura y la superestructura, en Marx correspondía a un siglo y medio atrás y ya en el siglo pasado no lograron dar cuenta de un proceso mucho más complejo y contradictorio.

Quedan pendientes cuestiones muy importantes, como experiencias de los procesos políticos vividos en muchos países.

¿Por qué la planificación centralizada funcionó perfectamente durante los periodos de guerra y fracasó lenta pero inexorablemente en la paz?

¿Cómo se generó una clase, un sector social y cultural, la burocracia que se adueñó del Estado, del partido y luego incluso fue actor principal de la reconversión capitalista?

¿Cómo la política fue capaz en algunos países de superar incluso el derrumbe económico del socialismo real y cual fue el papel de la política o su ausencia en la caída del muro y de la URSS?

¿Lo que nos queda en el futuro es mejorar la distribución de la riqueza en el capitalismo o podemos proponernos, y en que momentos y procesos, cambios en la forma de propiedad social de los medios para generar riqueza?

¿La sociedad del conocimiento y la información como están impactando y es previsible que impacten en las ideas del socialismo, es decir de la liberación de la explotación humana y de las oprobiosas diferencias sociales?

Y una última pregunta muy actual ¿La teoría y la práctica de la dictadura del proletariado como actúa en estos momentos, en el mundo y en nuestro país? ¿Desapareció?

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